En la segunda parte de nuestro tema acerca de los apóstoles, haremos una consideración acerca de la vigencia de este oficio. A partir de las Escrituras trataremos de responder a las preguntas ¿está vigente hoy el oficio apostólico? ¿Hay todavía apóstoles? ¿Existe hoy el apostolado?
Para comenzar debemos recordar que el apóstol Pablo, enfatizaba el carácter fundacional del oficio apostólico diciendo: “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Efesios 2: 20).
Si usamos el sentido de la palabra “fundamento”, sobre todo en la connotación de una edificación -en este caso la iglesia- la conclusión necesaria es que la labor de los apóstoles era única e irrepetible, como lo es el fundamento en la edificación de una estructura.
A este respecto, el teólogo William Mac Donald comentaba acerca de este verso diciendo:
-No significa que ellos fueran el fundamento de iglesia, porque Cristo es el fundamento de ella. Pero ellos echaron el fundamento en lo que enseñaron acerca de la persona y obra del Señor. La iglesia está fundada sobre Cristo como fue él revelado por la confesión y enseñanza de los apóstoles y profetas*
Acerca de este mismo versículo, Matthew Henry, el gran Comentarista del siglo XVII decía:
-Pablo no quiere decir que las personas de los apóstoles y profetas sean dicho fundamento sino el mensaje que ellos predicaron (1 Corintios 3:5-15). Los apóstoles y los profetas son ministerios de fundación, porque sobre el mensaje que ellos proclamaron fue edificada la iglesia. Ellos no tienen sucesores**
El mismo Pablo reconocía que era el último de los apóstoles cuando dijo:
“Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí. Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol (1 Corintios 15:7-9). Algunos eruditos encuentran en esta afirmación una clara demostración de que Pablo entendía que los apóstoles ya no serían necesarios, pues el era el “último de todos”.
No obstante, hay una consideración adicional que nos arroja mucha luz con respecto a la vigencia del oficio apostólico. Por que la biblia dice que Jacobo, hermano de Juan, también apóstol y líder de la iglesia en Jerusalén fue asesinado por el rey Herodes: “En aquel mismo tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles. Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan” (Hechos 12:1-2). Sin embargo, nunca vemos la necesidad de reemplazar con otro apóstol, el lugar dejado por Jacobo, como en su momento sucedió con Judas. Era evidente que los demás apóstoles ya entendían que el oficio apostólico era único e irrepetible y no tendría vigencia después que ellos murieran.
Por lo tanto, el oficio apostólico ya no tiene vigencia en estos días. La iglesia ya no necesita de apóstoles, pues cumplieron su propósito y el pueblo cristiano se beneficia por su labor, aunque ellos mismos no están con nosotros.
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